Blockchain en educación
Opinión

Blockchain en educación

Diego Ibieta
Diego Ibieta

Por mucho tiempo me dediqué a tener un concepto equivocado de cómo vendría el futuro, de hecho mi discurso era: "Me dedico a la educación en blockchain y criptomonedas".

Lo cierto es que si hubiera entendido ayer lo que entiendo hoy, el enfoque habría sido mucho más escalable y hubiera influido en un número mayor de oídos. ¿A alguien más le ha pasado algo similar?

Este artículo va dedicado a las personas que conocen de blockchain y que se dejarán sorprender de lo que puede provocar en la educación la disruptiva tecnología de los criptoactivos.

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Mezclar tecnología con educación es algo muy apropiado a la era digital que estamos viviendo, ya no se ve la varilla con el pizarrón de tiza, ni tampoco se ven muy seguido las tablas de multiplicar puestas en la pared de un salón de clase secundario (o de básica). Todo está cambiando a velocidad digital y eso también incorpora las técnicas de aprendizaje y modelos dentro de aulas virtuales.

Al incorporar esta tecnología en las clase diarias de estudiantes (cualquiera que sea el nivel), puede existir una cantidad enorme de beneficios. Por ejemplo, se pueden transparentar los eventos ocurridos de manera cronológica, diseñando un libro contable de notas, participación, asistencias, entregas y sugerencias o reclamos, que son realizados de manera transparente y sin que se puedan alterar. Entregar un trabajo de algún alumno va a garantizar que éste no se pueda perder ni extraviar.

Mañana los contratos inteligentes podrían ser con los que el estudiante pueda negociar su matrícula o pagos, incluso hasta sus becas. Por ejemplo, los alumnos dependen de sus notas asignadas al semestre para avanzar en su carrera. Si estas se registran en blockchain, todas quedarían dentro de una misma base de datos incorruptible, donde podrían asignarse incentivos o reconocimientos por negociación automática y predeterminada según plazos, calificaciones y demases.

La gamificación dentro de la escolaridad, la educación superior, e incluso dentro de distintos aspectos educativos, es algo que cada vez incorpora mejores opiniones. Los incentivos generados a partir de ello podrían estar basados en criptoactivos o tokens que motiven al estudiante para ser mejor y desarrollarse de manera más intelectual.

Los tiempos que pase leyendo, las asistencias, la participación dentro de las clases, la entrega de tareas y trabajo pudieran no solo evaluarse en calificaciones, sino en premios y logros conseguidos a partir de cryptos que puedan recibir y que sean validas para obtener algo a cambio (tokens de utilidad).

Casos de uso en el mundo real

Existen diversos casos de usos asociados a lo que antes menciono. Hoy hay start-up que han incrementado su relevancia en el mercado por asociarse por ejemplo con universidades, tal es el caso de Hyland, que creó Blockcert junto al laboratorio tecnológico del MIT, en Estados Unidos. Este sistema les permite a los estudiantes validar sus títulos en digital dentro de una blockchain, así como todos sus logros académicos, calificaciones y diplomas digitales. De esta manera ellos puede tener una visión inmutable de los hechos y pueden ser homologados internacionalmente.

Otra aplicación en esta misma dinámica de acreditación es APPII, que incorpora credenciales para los usuarios en muchos aspectos, uno de los cuáles viene justamente a identificar qué certificado, título o diploma le corresponde a cada persona, combinando blockchain, contratos inteligentes y machine learning.  Esta start-up se asoció con The Open Unversity para crear una plataforma de calificación y acreditación de los estudiantes en referencia a los registros académicos.

En Suiza, la empresa ODEM ha creado un marketplace donde estudiantes y profesores se conectan a una plataforma mediante smart contracts. Lo que hace la blockchain de este sistema es reconocer qué curso ha tomado cada usuario (y con qué instructor), permitiendo que también coexista la calificación de los participantes del ecosistema de forma transparente. Así el incentivo por participar en este ecosistema va más allá de usar su propio token para cubrir el costo de los cursos; lo más atractivo es que los profesores poseen insignias de habilidades certificadas en blockchain. Mientras ellos quieran mejorar, así también los alumnos querrán ir tomando cursos con los más calificados.

Japón no se queda atrás. La empresa Sony, en asociación con IBM, desarrollaron Sony Global Education, que permite la inclusión de instituciones académicas del país (incorporando también a organizaciones de China y U.S.) con el fin de registrar a los estudiantes en una cadena de bloques que sea inmutable, identificando los avances en niveles educacionales y el historial académico de los estudiantes.

Cómo se enseña lo que se enseña

Un pilar fundamental es el tipo de enseñanza a brindar. Las instituciones han ido rotando sus maneras y tipos. La gran modificación no es sólo física, sino además virtual. Pero tampoco se trata de una modificación que está categorizada únicamente dentro del aula escolar, sino que hoy por hoy es dentro y fuera. La mecánica cambió: el dinamismo y rapidez son características principales de la educación digital.

La visión que nos entregó Bitcoin tras su llegada es la descentralización de los nodos, la oportunidad de No Colusión que, frente a los incentivos adecuados, los nodos mineros decidieron tomarla. Hoy vemos la democratización de la información, que viene siendo un símil a que todas las personas en todas partes del mundo puedan acceder a la información (hoy por hoy, es una lucha constante que aún no acaba).

La educación e-learning es algo que debe empezar a trabajarse bien y a una calidad que despierte el interés del estudiante y lo estimule. La oportunidad que tienen (tenemos) como educadores es increíble: poder entregar una información transparentemente, convertirla en gamificación, incentivar la viralización y, sobre todo, promover la inclusión es un aporte a esta democratización. Uno sabe que a lo mejor lo que uno hace individualmente no llegará hasta oídos de personas en Estambul, Macedonia o Sudáfrica, pero si podrá repercutir en algo: la visión.

Si bien esta publicación es de tipo informativo, el llamado es a innovar para las personas que ya conocen la potencia que tiene blockchain en educación y que también saben sobre las posibilidades de trabajar el tipo de educación que los estudiantes desean percibir hoy, como, por ejemplo, educación a distancia. Es un reto el atreverse por este rubro, pero, en mi experiencia, es realmente apasionante y emotivo.

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