Bitcoin definirá la riqueza en el siglo XXI
La adopción de esta criptomoneda por parte de los grandes institucionales no tiene reversa.
Bitcoin ha recibido un enorme impulso por cuenta de su adquisición como parte de la tesorería de Microstrategy, empresa de software, y Square, plataforma de pagos, que adquirió US$50 millones de esta criptomoneda. Ambos hechos serían la antesala a una adopción masiva de Bitcoin, que al igual que la imprenta, cambiará las estructuras de poder y alimentará la innovación en este siglo.
Hoy, muchos se preguntan: ¿Cuál es la razón para tener Bitcoin? Quizás la más significativa es que este rompe con el juego de estatus establecido por las monedas Fiat. Me refiero al actual sistema monetario en el que las monedas ganadoras son las de reserva (euro y dólar) y las perdedoras aquellas que dependen más del ciclo de materias primas, como las latinoamericanas.
Fuente: Gavekal Research.
Una consecuencia que deja la impresión de dinero ocurre cuando la Reserva Federal acude a este método para estimular la economía de EE.UU. El resultado es que diluye las reservas internacionales de los países emergentes. Lo anterior, sumado a una débil demanda por materias primas y bienes manufactureros, detona un ciclo vicioso que acelera los desequilibrios fiscales en estos países.
Los efectos de estas decisiones los vemos en las altas depreciaciones de la lira turca, el real brasilero, el peso colombiano, el peso mexicano, la rupia india y el rublo ruso. Hablamos de más de dos mil millones de personas que han visto cómo desde el 2011 sus monedas nacionales han perdido el 50% de su valor contra el dólar.
Contrario a la banca tradicional, Bitcoin resuelve este problema, pues permite a ciudadanos, usuarios institucionales y corporaciones almacenar valor en el largo plazo.
Mientras los bancos centrales imprimen, Bitcoin reduce su oferta
La promesa de Bitcoin es muy simple: su protocolo permite crear un número limitado de estas criptomonedas. En total solo es posible generar 21 millones de estas y cada 4 años, en lo que se conoce como ‘Halving’, su oferta digital disminuye a la mitad. Esto es lo opuesto a la política de expansión monetaria implementada por la mayoría de los bancos centrales del mundo.
El resultado de estas políticas en nuestra región lo vemos en Venezuela, Brasil y Argentina, donde la adopción de Bitcoin se ha incrementado como una forma de protección ante la constante devaluación y medidas gubernamentales que restringen la compra de dólares.
Fuente: Chainalysis
Mientras tanto, los críticos de Bitcoin se enfocan en su excesiva volatilidad o incluso en el uso de esta criptomoneda en estafas, algo que también ocurren con monedas Fiat. Si bien es cierto que el Bitcoin puede sufrir caídas del 80%, también ha pagado con creces el riesgo de las mismas: ¡Desde 2011 se ha valorizado más del 243.000%!
No obstante, el mayor riesgo para todos radica en que en la guerra fría entre China y EE. UU. es posible que ambas naciones generen una división del mundo digital. Es decir, cada parte querrá ejercer su poder geopolítico tanto en la geografía real como en la virtual. Por lo tanto, cobra más sentido tener un activo digital ‘Buffer’ que no hará parte de la zona de influencia china, estadounidense ni europea. Este planteamiento será estructural para muchas compañías que decidan crecer en un mundo virtual cada vez más polarizado.
En este posible futuro el derecho a tener Bitcoin sería equiparable al de la propiedad privada, consignado en la 5 Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos. Este derecho fundamental permitió crecer en lo económico a este país, pues en su momento solo la reducida élite Europea, amiga del rey, podía ejercerlo.
Recordémoslo: El derecho a la propiedad privada empoderó a los ciudadanos de EE. UU. con una herramienta que permitía almacenar riqueza y era un instrumento de colateralización para obtener crédito con el cual se desarrollaron empresas y tecnologías que dieron forma al espíritu de Estados Unidos.
Los países que hoy garanticen este derecho en el mundo digital estarán empoderando a sus ciudadanos una herramienta similar. Quienes tengan protección para utilizar su propiedad digital tendrán en sus manos el instrumento más poderoso para la creación de riqueza en el siglo XXI.
Guillermo Valencia
@GMacrowise
Director Macrowise