El Misterio de los 21 Millones: por qué Bitcoin es finito
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El Misterio de los 21 Millones: por qué Bitcoin es finito

Natalia Toro
Natalia Toro

Una de las cosas magníficas de Bitcoin es que es finito. A diferencia de los sistemas monetarios tradicionales, donde los bancos centrales pueden imprimir dinero como decidan, Bitcoin tiene una oferta fija, lo que protege su valor contra la inflación.

Que haya una cantidad limitada de bitcoins nos dice que, con una demanda constante o creciente, el valor de cada bitcoin aumentará con el tiempo, que es justamente lo que ha ido pasando con los años.

¿Y cuál es este número mágico?

En la historia del universo, existirán exactamente 21 millones de bitcoins. Esta cantidad está escrita en el código de Bitcoin y no se puede cambiar. Antes de explicar por qué, necesitamos entender esto:

En la red de Bitcoin, todo pasa por la blockchain, que son los bloques donde se lleva toda la contabilidad. La red se sostiene gracias al trabajo de los mineros, que minan estos bloques y, por ello, la red les entrega una recompensa en BTC. Al comienzo de la historia de Bitcoin, por allá por el 2009, la recompensa era de 50 bitcoins al minero que minara un bloque. Cada 210,000 bloques, el protocolo ordena que la recompensa se reduzca a la mitad (el halving). Entonces, si partimos en 50 BTC, luego del primer halving la recompensa era de 25 BTC, luego 12.5 BTC, y así sucesivamente.

Ahora, ¿se puede dividir un número infinitamente a la mitad? Sí, se puede. Pero un Bitcoin no es un simple número; es una moneda digital. Y tiene una unidad mínima: un satoshi, que no es divisible. Al igual que una moneda física como el dólar tiene los centavos, el Bitcoin tiene al satoshi, que equivale a 0.00000001 BTC (son 7 ceros).

Entonces, ¿por qué este número de 21 millones no se puede cambiar? Bueno, principalmente por dos razones:

  1. La unidad mínima: Luego de 32 halvings (o sea, de haber dividido la recompensa a la mitad 32 veces), la recompensa que se le da a los mineros será de 0.00000001 BTC = 1 satoshi (puedes hacer el cálculo). ¿Qué pasará entonces al halving 33 cuando se deba reducir la recompensa a la mitad pero no podemos dividir un satoshi? Pues la recompensa se reduce a 0. Y entonces se dejan de minar (“encontrar”) más bitcoins.
  2. Red descentralizada: Bitcoin no tiene un jefe central. Es una red de miles de personas en sus computadoras (nodos) que siguen las mismas reglas. Para cambiar cualquier regla importante, como el límite de 21 millones, se necesitaría que la mayoría de estos nodos esté de acuerdo. Y créeme, eso es prácticamente imposible porque a muchos de esos nodos no les conviene que se cambien las reglas. Igual que a nosotros. Igual que a nadie. Aunque el mismísimo Satoshi apareciera y dijera que ahora son más bitcoins, ya sería demasiado tarde; no hay incentivos suficientes para hacer cambiar a tantos nodos su comportamiento.

Bitcoin está diseñado para ser limitado y valioso. Su estructura y la forma en que funciona la red aseguran que nadie pueda cambiar ninguna regla, menos una tan importante como que son 21 millones de bitcoins. Esta máquina funciona en un equilibrio impresionante, y ya no se puede parar. Cosas como esta son las que hacen a Bitcoin tan especial, ¿verdad?



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