Las reglas invisibles: cómo el sistema moldea nuestra libertad financiera

Las reglas que definen nuestros límites en el mundo suelen ser invisibles. Por ejemplo, para un escritor de novelas en español, mantener en suspenso el género de un personaje resulta mucho más complicado que para uno que escribe en finés, donde no existen pronombres diferenciados para “él” o “ella”. Quizás por este tipo de estructuras invisibles es que sentimos la música latina más “bailable”, el francés más “romántico” o el alemán más “duro”. ¿Quién sabe hasta qué punto el lenguaje moldea no solo cómo hablamos, sino cómo sentimos, pensamos o incluso diseñamos sistemas complejos como el dinero?

Por: Jaime Bünzli - CEO y Co-funder de buda.com

Recientemente estuve en Colombia para presentar en el evento Alianza In sobre inteligencia artificial y criptomonedas. Y me quedé pensando en cómo algunas reglas simples —a veces invisibles para quienes las viven— pueden moldear de forma profunda el ecosistema financiero.

En Chile, tenemos transferencias electrónicas gratuitas, instantáneas y 24/7. En Colombia, existen los ciclos ACH y el impuesto 4x1000. Dos pequeñas diferencias que cambian todo. Si mover dinero entre bancos toma más tiempo que dentro del mismo banco, se incentiva la concentración en una sola entidad. Eso debilita la competencia, encarece los servicios y reduce la innovación. El 4x1000, por su parte, desincentiva movimientos pequeños, empujando a las personas a usar formas de pago informales o a consolidar sus transacciones, afectando la trazabilidad y eficiencia del sistema.

Ya lo vimos antes con Internet: al eliminar las barreras para compartir información, no solo mejoró lo que ya existía, sino que habilitó cosas que antes eran impensables. YouTube no es solo televisión más rápida; es una nueva forma de narrar, de educar y de ganarse la vida. Wikipedia no es solo una enciclopedia más barata; es una nueva forma de construir conocimiento colectivo. Al permitir que cualquier persona pueda publicar, colaborar o aprender sin pedir permiso, Internet reescribió las reglas de la cultura, el trabajo y la creatividad.

Las criptomonedas tienen el mismo potencial, pero con el dinero. Son una capa de conectividad global que trasciende fronteras e incentivos locales. Abrir la infraestructura financiera para que cualquiera pueda construir servicios sin pedir permiso podría generar productos que hoy ni siquiera imaginamos. Y eso me entusiasma: pensar en todo lo que podría surgir cuando dejamos de depender de las reglas invisibles que heredamos —y empezamos a escribir otras, más abiertas y más justas.

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