Para nuevos - Capítulo 3: Bitcoin más allá de la Inversión
Cuando se habla de Bitcoin y de cripto, no se tiene mucha certeza de qué va a pasar en el futuro. ¿Hasta qué precio llegará? ¿Iremos a conocer a quién lo creó? ¿Será el dinero del futuro? Pareciera ser que, para bien o para mal, algo grande ocurrirá más adelante, pero nadie sabe qué ni cuándo. Yo no sé ni qué voy a almorzar mañana, menos sé lo que pasará con Bitcoin en el futuro. Pero lo que sí sé y les puedo contar, son las cosas que se están logrando con esta tecnología en el presente.
Gracias a las características de la blockchain, una cosa que Bitcoin resuelve muy bien son las transferencias internacionales. Recordemos que Bitcoin es una moneda de internet, no viaja por un medio físico y es accesible desde cualquier parte del planeta. Esto es una ventaja frente a sistemas tradicionales, como el SWIFT, que, aunque confiable, generalmente implica días de espera y altas comisiones por la cantidad de intermediarios que requiere para funcionar.
En cambio, con cripto, esto se resuelve rápido y más barato. Bitcoin, por ejemplo, tiene un medio automágico para enviar dinero, llamado Lightning Network. Es una capa construida sobre la blockchain, pero no entraremos en detalles técnicos en este post. Solo disfrutemos algunas de las cosas geniales que pueden hacer con ello:
- Mandarle un salvavidas a tu familia: Trabajar lejos de casa es duro, y más cuando quieres echar una mano con las cuentas o los gastos. Millones de personas trabajan en un país lejos de sus familias y no es tan fácil enviarles dinero cuando se necesita. Aquí es donde brilla Bitcoin, y las criptos estables. Existen varias aplicaciones donde puedes mandar ayuda en forma de giftcards o pagos directos en muchos comercios de cualquier país, sin necesidad de estar bancarizado ni tener tarjeta de crédito. Puedes recargarle el celular a tu tía o pagar la cuenta de la luz con un par de clics usando cripto. ¿Y por qué no usar servicios como Western Union o transferencias bancarias internacionales? También se podría, pero sería más costoso por las comisiones y las tasas de cambio; además, estos servicios pueden tardar días en completarse.
- Aprender inglés con alguien que realmente vive en inglés: El otro día llegó a mis oídos una forma muy interesante de practicar inglés. Resulta que ahora puedes charlar en inglés con un profesor desde Washington sin moverte de tu sofá. Es algo muy relajado, pueden hablar de lo que quieras y él te va a guiando para mejorar tu soltura y expresión en inglés. Como está en otro polo del mundo, te envía un cobro en Bitcoin y le pagas en segundos. Claro está que el profe podría usar plataformas como PayPal, pero para los montos que maneja, no le conviene mucho pagar esas tarifas y conversiones de moneda. Además, el alumno también debería tener cuenta en el sistema de pago, lo que hace todo un poco más complicado.
- Echar una mano con donaciones: Cuando Chile se vio afectado por incendios en enero de 2024, un amigo creó una página web para recibir pagos con Bitcoin a la velocidad de rayo. Lo difundió por grupos de personas bitcoiners de todo el mundo y en cuestión de segundos empezó a recibir pagos. Al cabo de unas horas ya había juntado un gran pozo para comprar lo necesario para los afectados. Rápido, directo y sin fronteras. La opción más tradicional sería recibir las donaciones por plataformas de crowdfunding, pero también tienen comisiones y limitaciones geográficas que dependerían de la plataforma; además, de posibles demoras en acceder a los fondos recogidos.
Pocos saben que Bitcoin y algunas criptos se usan para otras cosas además de la inversión. Pero si se fijan, todos estos ejemplos pudieron llegar a más personas de forma súper fácil. Aunque a primera vista parezcan pequeñas victorias, en realidad son indicios de cómo esta tecnología influye en cómo interactuamos, cómo hacemos negocios y cómo abordamos los desafíos de nuestra época.
Podemos estar de acuerdo en que los sistemas que tenemos hoy funcionan, pero no estoy tan segura de que se ajustan a los tiempos actuales.
Pensemos en este ejemplo: Los primeros mensajes eran enviados con corredores que iban de un lugar a otro con la información. Esto demoraba días y entre medio muchas cosas podían salir mal. Enviar estos mensajes era costoso, reservado para cosas grandes o importantes. No creo que esos mensajes hayan sido como los que enviamos ahora: avisar que llegaste a un lugar, comentar algo del momento o mandar memes. Todos esos usos eran impensados. ¿Enviar a un corredor para contarle al jefe de la otra tribu qué almorcé hoy? ¡No tendría ningún sentido! No estaba la tecnología aún. Hoy hasta mi abuela me manda recetas y videos de perritos graciosos. Ya ni siquiera llaman la atención, simplemente son cosas que están en el día a día. Las cosas que eran impensadas en el pasado, son algo completamente común en el presente.
Vivimos en un mundo interconectado y globalizado. La información se distribuye rápidamente, y con ello, las oportunidades. Quizás cuántas cosas no hemos desbloqueado aún por las limitantes que traíamos arrastrando desde hace años. Pero eso es lo emocionante de estar en este momento de la historia. Puede que sigamos sin resolver la pregunta de qué pasará con Bitcoin en el futuro, pero es claro que nos está llevando a explorar nuevas formas de interacción que antes ni siquiera imaginábamos. 🚀