¿Por qué sigue siendo tan difícil aprender (y hablar) de finanzas en América Latina?
El Tabú y La Gran Contradicción
Hablar de dinero en Latinoamérica sigue siendo un tema tabú. Incluso al nivel de hablar de política y religión. Según el estudio “Hablemos”, realizado en el año 2024 por la consultora Ipsos, el 49% de los encuestados considera que hablar de finanzas personales con familia y amigos es incómodo y buscan evitarlo a toda costa.
Por: Nicolás Di Pace - Managing Partner en adn.vc
Por otro lado, los conceptos de educación financiera siguen siendo inexistentes en los programas escolares, que deberían preparar a las nuevas generaciones para la vida. Aproximadamente 7 de cada 10 jóvenes en Latinoamérica consideran que la educación financiera es la materia más importante que podrían recibir, por encima de matemáticas e informática. Existe, claramente, una gran contradicción: hay ganas de aprender, pero el modelo educativo está completamente desfasado.
Eso no es todo. Una encuesta realizada por Ernst & Young (EY) en el 2023, llamada “Centennials: ¿Qué valoran al elegir un servicio financiero?”, demuestra que los jóvenes latinoamericanos tienen expectativas muy altas a la hora de contratar un producto o servicio financiero. El requisito más valorado a la hora de elegir un banco o fintech es recibir consejos y orientación sobre cómo manejar mejor sus finanzas. He aquí la segunda contradicción. A pesar de este profundo interés, los jóvenes siguen siendo el grupo con peor desempeño en inclusión y educación financiera en la región.
¿Cómo esperamos aprender a ahorrar o gastar de manera sana (en un contexto de inflación creciente a nivel mundial) si no hablamos con las personas más cercanas sobre este tema y las instituciones que nos deberían ayudar no lo tienen en cuenta? Es urgente construir una nueva manera de aprender, que ayude a las nuevas (y no tan nuevas) generaciones a entender cómo manejar conceptos básicos de finanzas.
Ser Libres y Elegir Mejor
Hablar de educación financiera no es solo saber cuánto ganas o cómo gastar menos. Es entender cómo funciona el sistema financiero, cómo adquirir un préstamo, qué consecuencias y beneficios trae contraerlo, cómo evitar sobreendeudarse, cómo planificar objetivos, protegerse de fraudes y estafas y cómo usar los productos que están disponibles para vivir mejor. Sí, ese es el gran objetivo: sentirse libres y vivir mejor. Es, básicamente, decidir con información y no con intuición.
La educación financiera no puede ser contenido estático y aburrido, ni simuladores online que nadie abre o usa. Para que sea efectiva, debe llegar por los mismos canales que usamos todos los días: redes sociales, apps, medios digitales, talleres prácticos. Vídeos cortos que expliquen cómo usar una tarjeta de crédito sin endeudarse, retos de ahorro en TikTok, notificaciones que enseñan mientras se gasta y funcionalidades gamificadas que nos hagan aprender cómo si fuera un juego. Solo así la educación financiera será relevante, vivencial y accionable, y nos ayudará a entender el valor de decidir, planificar y ser responsables. Solo así no se tendrá miedo a hablar del tema.
¡Que la educación esté donde ya estamos!
Aprender Usando: Experiencias que Educan
Desde el sector privado, no basta con ofrecer productos financieros. Las empresas deben enseñar cómo usarlos y brindar herramientas que faciliten el entendimiento. En América Latina ya existen algunas startups del mundo Fintech que están liderando este cambio, integrando la educación como parte central de la experiencia de usuario de sus clientes:
- La startup chilena Fintual enseña sobre inversiones desde cero, con un enfoque amigable, directo y sin lenguaje técnico. Explica conceptos como fondos mutuos, riesgo, rentabilidad y proyecciones de forma simple. Además, ofrece contenido educativo desde el inicio, acompañando al usuario con recursos útiles para tomar decisiones informadas, incluso si nunca ha invertido antes.
- La fintech argentina Ualá no es solo una tarjeta prepago. Su app integra herramientas para que el usuario entienda su salud financiera, con gráficos de gastos, consejos personalizados, contenidos educativos y un fuerte enfoque en la bancarización responsable. Todo esto, con un diseño accesible y lenguaje claro pensado para usuarios reales.
- La fintech chilena Xerpa ofrece una solución bastante completa de PFM (Personal Finance Manager) que permite a Bancos y Fintechs integrar APIs de categorización de gastos y dashboards para que sus usuarios puedan visualizar hábitos, entender cómo usan su dinero y tomar mejores decisiones. Educan mientras el cliente navega, sin interrumpir la experiencia.
- Por último, la startup mexicana Mozper, es una plataforma financiera que ayuda a los padres a enseñar finanzas a sus hijos, mediante una tarjeta de débito controlada desde una app. Permite asignar pagos semanales, establecer límites y fomentar el ahorro, para que los niños desarrollen hábitos financieros desde temprana edad.
Desde el sector público, la educación financiera también debe incluirse como contenido obligatorio en el colegio y complementarse con plataformas gratuitas para simular decisiones reales como ahorrar, invertir, pedir un préstamo y manejar un presupuesto. Como vimos en los ejemplos anteriores, la mejor forma de educar es con experiencias reales, contextualizadas y amigables. La educación financiera no debe sentirse como una tarea extra, sino como parte del uso natural de nuestros productos.
Romper el tabú y priorizar la educación financiera nos da autonomía. Nos permite planificar con sentido, tomar decisiones informadas y dejar de vivir en modo supervivencia. Saber de finanzas no es un privilegio ni un lujo, es un derecho básico para poder vivir con menos estrés y más propósito. Y cuanto antes lo integremos a nuestras vidas, más preparados estaremos para lo que venga.
*Las opiniones vertidas en esta sección son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan, necesariamente a Buda.com