Revamp tecnológico del dinero

Por Alberto Rocca, Country Manager Perú de Buda.com

Hay algo inevitable en nosotros como seres humanos. Nuestra mente está diseñada para sobrevivir, no para entender las complejidades del mundo. Nos cuesta anticipar lo no lineal, ignoramos lo invisible y confundimos lo visible con lo importante. Por eso, la realidad –más de lo que quisiéramos– se nos suele estampar de frente.

En una entrevista, le preguntaron a Muhammad Ali cuál era la parte central de su entrenamiento. Su respuesta no fue correr, ni el sparring, ni las vitaminas: “Es esquivar las discotecas, las fiestas y las chicas… es estar solo en la cama, por cuenta propia, a las 9 de la noche”. Lo que nadie ve, pero que marca la diferencia.

En las finanzas globales ocurre algo parecido. Mientras las portadas reportan nuevos máximos históricos de bitcoin y anticipan una altseason, algo crucial pasa casi desapercibido: la transformación silenciosa del dólar a su versión programable, las stablecoins.

La reciente Genius Act en EE.UU. no es solo una ley para criptomonedas estables. Es una reafirmación de soberanía monetaria y un hito para el “revamp tecnológico” del dólar.  Bajo la superficie, las stablecoins no solo se usan para remesas. Para los actores institucionales, son herramientas para mover capital global, cubrir riesgos y ejecutar arbitraje. Según el BIS, más del 90% del mercado spot de divisas proviene de estos actores; no de los hogares.

Miremos las cifras globales: el comercio exterior mueve USD 55 billones al año, pero el mercado spot de divisas alcanza USD 190 billones; los de renta fija y variable, USD 290 billones; y los derivados, más de USD 1,200 billones en exposición, según datos de BIS, ISDA, SIFMA y WFE. Es decir, estos mercados superan 30 veces el comercio global y 14 veces el PIB mundial. ¿Y si todo eso se ejecutara con una moneda disponible 24/7, programable y con costos 80% menores? En 2022, Larry Fink, CEO de BlackRock, anticipó estas eficiencias.

No hay señales de freno. Solo este año, Tether –emisora de la principal stablecoin respaldada 1:1 con el dólar– subió al puesto 12 entre los mayores tenedores de bonos del Tesoro. Estados Unidos tiene todos los incentivos para liderar la transición: asegura demanda constante del dólar, accede a financiamiento barato y refuerza su poder geopolítico a través del sistema financiero.

China avanza con su moneda digital –el e-yuan– y acumula oro en reemplazo de activos en dólares, pero su alcance es limitado. Bitcoin, mientras tanto, se consolida como reserva de valor, más que como moneda transaccional.

Así, paradójicamente, las cripto no son una amenaza para EE.UU., sino una defensa para preservar su hegemonía.

Un siglo atrás, Hemingway escribió en The Sun Also Rises:

–¿Cómo te fuiste a la bancarrota?

–De dos formas: gradualmente, y luego de repente.

Con las stablecoins del dólar, lo opuesto también podría sorprender