El CEO de Western Union, Devin McGranahan, confirmó que la compañía está piloteando liquidaciones “on-chain” con stablecoins para agilizar y abaratar sus remesas internacionales. El alcance inicial es tesorería y “settlement” interno, no un producto masivo al consumidor—al menos por ahora, según la transcripción de su llamada de resultados y coberturas especializadas.
La noticia llega a un mercado sudamericano donde las remesas sumaron US$31.7 mil millones en 2024, un 9,1% más que en 2023, según el BID. Colombia cerró 2024 con US$11.848 millones, equivalentes al 2,3 % del PIB local; Perú recibió US$4.945 millones (≈1,7% del PIB, BCRP); y Ecuador marcó récord con US$6.54 mil millones, de acuerdo con su banco central. La escala es social: millones de hogares sudamericanos dependen de estos flujos para gasto cotidiano e inversión familiar.
Lo confirmado hasta hoy sobre Western Union es que ****McGranahan describió el piloto como una forma de reducir dependencia de la banca corresponsal, acortar ventanas de liquidación y mejorar eficiencia de capital. La compañía ve en las stablecoins “oportunidades significativas” para mover dinero más rápido y con más transparencia, aunque el despliegue al usuario final no fue anunciado.
La comparación práctica: piloto vs. disponibilidad hoy
Mientras Western Union prueba rieles con stablecoins, en Buda.com ya puedes operar con USDT y USDC hoy: comprarlos/venderlos en la app y transferirlos a otras billeteras en minutos, 24/7, siempre que ambas partes utilicen redes compatibles (por ejemplo, ERC-20 o Solana). Es decir, el riel “dólar digital” ya está disponible para personas y empresas que necesitan mover valor entre países y luego convertir a moneda local cuando convenga.
Para un remitente regional, la diferencia es concreta: el piloto corporativo de un actor tradicional apunta de momento al back-office; la operativa con stablecoins en exchanges regulados como Buda.com está disponible al usuario final y corre fuera de horario bancario. Que esa infraestructura se masifique en remesadoras globales podría, con el tiempo, empujar costos a la baja—en línea con la meta de la ONU de llevar el costo promedio de envío hacia el 3%—, pero eso depende de decisiones comerciales y regulatorias que aún están en desarrollo
Con un mercado de remesas que supera los US$160 mil millones en la región, pequeñas mejoras en costo, trazabilidad y tiempo tienen efecto sobre millones de hogares. Si los grandes operadores migran su liquidación a rieles con stablecoins, podrían ganar eficiencia; si, además, los usuarios ya pueden enviar/recibir USDT o USDC de forma directa, el beneficio es inmediato en casos de pagos transfronterizos, payouts a freelancers o adelantos a proveedores.