Una historia que comienza antes de Satoshi
Cuando Satoshi Nakamoto publicó el famoso whitepaper de Bitcoin en 2008, el mundo estaba en medio de una crisis financiera que cuestionaba la confianza en los sistemas tradicionales. Pero lo que pocos saben es que el terreno para esta revolución tecnológica y financiera ya se había preparado mucho antes. De hecho, los conceptos clave detrás de Bitcoin—privacidad, descentralización y dinero digital—tienen raíces que se extienden décadas atrás, moldeadas por criptógrafos, activistas y teóricos visionarios.
En 1983, el criptógrafo David Chaum presentó el concepto de eCash, un sistema de dinero electrónico diseñado para garantizar la privacidad en las transacciones. Para Chaum, la privacidad no era solo una característica adicional; era una necesidad fundamental en la era digital. Su idea de utilizar criptografía para anonimizar las transacciones sentó las bases para lo que más tarde se convertiría en el corazón del diseño de Bitcoin.
Años después, en 1993, un grupo de entusiastas de la tecnología y la privacidad se reunió en lo que sería conocido como el movimiento cypherpunk. Estos activistas, como Eric Hughes, no solo discutían sobre tecnología; escribían manifiestos que defendían la libertad individual en un mundo cada vez más controlado por gobiernos y corporaciones. Uno de sus lemas principales, “La privacidad es necesaria para una sociedad abierta en la era electrónica”, reflejaba su visión de un futuro donde el dinero digital no estuviera controlado por ninguna entidad central. Fue en estas reuniones donde empezaron a nacer las ideas de un sistema financiero descentralizado.
En 1997, el criptógrafo Adam Back presentó Hashcash, un sistema que utilizaba "pruebas de trabajo" para reducir el spam en correos electrónicos. Aunque su intención inicial no era crear dinero digital, su invención se convirtió en una pieza clave del rompecabezas que Satoshi Nakamoto ensamblaría años después. La idea de que un sistema pudiera requerir potencia computacional para evitar abusos sería fundamental para el mecanismo de consenso de la blockchain.
En 1998, Nick Szabo, un visionario en criptografía y sistemas descentralizados, presentó el concepto de Bit Gold, un sistema digital que imitara las propiedades del oro: escasez, descentralización y resistencia al control de gobiernos o bancos centrales. Aunque nunca llegó a implementarse, la idea de Szabo sentó las bases teóricas para una forma de dinero digital independiente y segura, algo que el mundo aún estaba lejos de comprender por completo. Su propuesta demostró que el dinero podía existir más allá de los sistemas tradicionales, un concepto revolucionario que inspiraría a toda una generación de desarrolladores, incluido el propio Satoshi Nakamoto.
Cada uno de estos hitos quizás fueron los cimientos sobre los que Satoshi Nakamoto construiría Bitcoin. Pero quizás lo más fascinante es que ninguna de estas ideas surgió en un vacío. Fueron el resultado de décadas de trabajo colaborativo entre visionarios que compartían un objetivo común: utilizar la tecnología para proteger la libertad y la privacidad en un mundo cada vez más conectado.
Cuando finalmente llegó el whitepaper de Nakamoto, no fue solo una innovación; fue la síntesis de años de ideas, experimentos y debates. La publicación del documento en 2008 no marcó el comienzo de una historia, sino la culminación de otra, y el inicio de un capítulo completamente nuevo. Bitcoin no nació de la nada. Es el producto de un legado que comenzó con aquellos que se atrevieron a imaginar un futuro diferente.
2009: Los primeros pasos de Bitcoin
El año 2009 marcó el inicio de una revolución que aún hoy sigue transformando el mundo financiero. El 3 de enero, el Bloque Génesis de Bitcoin fue minado, simbolizando el nacimiento de la blockchain. Este bloque no era solo una estructura técnica; contenía un mensaje político. Grabado en él estaba el titular de un periódico británico: "The Times 03/Jan/2009 Chancellor on brink of second bailout for banks". Más que una declaración de intenciones, era un grito de protesta contra un sistema financiero colapsado, un sistema que Bitcoin estaba diseñado para desafiar.
Unos días después, Satoshi Nakamoto, el creador anónimo de Bitcoin, realizó la primera transacción en la red, enviando 10 BTC a Hal Finney, un reconocido criptógrafo y uno de los primeros en apoyar el proyecto. Aunque estos bitcoins no tenían valor en ese momento, esta transacción fue el primer ladrillo de una estructura que pronto crecería hasta convertirse en un fenómeno global.
2010: Primeros pasos hacia la adopción
En 2010, Bitcoin empezó a salir de las sombras. En un acto que se ha convertido en parte de la mitología de las criptomonedas, el programador Laszlo Hanyecz utilizó 10,000 BTC para comprar dos pizzas el 22 de mayo, lo que en ese momento equivalía a unos 41 dólares. Hoy, esa cantidad equivaldría a cientos de millones de dólares, pero en aquel momento fue un experimento para demostrar que Bitcoin podía usarse como dinero real. Este evento, conocido como el Bitcoin Pizza Day, se celebra cada año como un recordatorio de los humildes inicios de la criptomoneda
Ese mismo año, nació el primer exchange de Bitcoin, BitcoinMarket.com, que permitía a los usuarios intercambiar bitcoins por dinero fiduciario. Esto marcó el comienzo de un mercado más estructurado, donde Bitcoin empezó a ganar visibilidad como activo digital.
2011: El primer auge y la primera caída
En 2011, Bitcoin alcanzó un hito significativo: 1 BTC valía 1 USD. Este logro simbólico marcó el inicio de su reconocimiento como una forma legítima de dinero digital. Sin embargo, la emoción fue breve. Poco después de alcanzar la paridad con el dólar, el precio de Bitcoin colapsó, cayendo a valores cercanos a 0.30 USD. Fue una advertencia temprana de la volatilidad que definiría su trayectoria en los años venideros.
Esta caída no desanimó a sus seguidores más fervientes, pero sí puso de manifiesto los desafíos que enfrentaba Bitcoin: la confianza del mercado, la seguridad y la estabilidad seguían siendo interrogantes importantes.
2012: El primer halving de Bitcoin
El 28 de noviembre de 2012, Bitcoin experimentó su primer halving, un evento programado que reduce a la mitad la recompensa por bloque minado, pasando de 50 BTC a 25 BTC. Aunque en el momento del halving el precio de Bitcoin rondaba los 12 USD y no mostró un impacto inmediato, su efecto a largo plazo fue transformador.
En los meses posteriores, el precio comenzó a subir de forma sostenida, alcanzando 42 USD tras 100 días. Para finales de 2013, Bitcoin superó los 1,100 USD, impulsado por el creciente interés y la narrativa sobre su escasez. Sin embargo, como ocurre frecuentemente en los ciclos de mercado, esta subida fue seguida por una fuerte corrección. En enero de 2015, el precio cayó a 152 USD, marcando un periodo prolongado de ajuste
Lo que hizo único este ciclo fue el patrón de recuperación: nueve meses antes del siguiente halving, en octubre de 2015, Bitcoin comenzó a registrar un crecimiento constante, preparando el terreno para su próximo auge. Este primer halving no solo consolidó la narrativa de la escasez programada de Bitcoin, sino que también inició la dinámica de ciclos que se repetiría en futuros halvings.
2013-2014: Mt.Gox y el precio de 1,000 dólares
El precio de Bitcoin superó los 1,000 USD por primera vez en 2013, atrayendo la atención de medios, reguladores e inversores de todo el mundo. Fue el inicio de una burbuja especulativa que rápidamente comenzó a inflarse, impulsada por la emoción y la curiosidad.
Sin embargo, 2014 trajo consigo una de las mayores crisis en la historia de Bitcoin: el colapso del exchange Mt.Gox, que en su apogeo manejaba más del 70% de todas las transacciones de Bitcoin a nivel mundial. Un hackeo masivo resultó en la pérdida de 850,000 BTC, afectando a miles de usuarios y generando una crisis de confianza en la seguridad de las plataformas de criptomonedas. Como resultado, el precio de Bitcoin cayó de más de 1,000 USD a 200 USD, marcando un periodo de incertidumbre para la criptomoneda.
2015: Nacimiento de SurBTC
En 2015, en un momento en el que Bitcoin todavía era visto con escepticismo en muchas partes del mundo, nació SurBTC [actual Buda.com], una plataforma que marcó un hito en la adopción de criptomonedas en América Latina. Fundada con el objetivo de hacer accesible Bitcoin en la región, SurBTC buscó ser más que un simple exchange; quería convertirse en un puente entre las finanzas tradicionales y el mundo emergente de las criptomonedas.
En un contexto donde la información sobre Bitcoin era limitada y el acceso a plataformas confiables era un desafío, SurBTC ofreció una solución segura y amigable para usuarios en países iniciando en Chile, para luego expandirse a Colombia y Perú.
Este mismo años existieron dos hitos más que marcaron un antes y un después en el mundo de las criptomonedas: Ethereum y la Lightning Network (LN).
Ethereum, lanzado oficialmente en julio de 2015 por Vitalik Buterin y su equipo, introdujo el concepto de contratos inteligentes y una plataforma descentralizada que permitía a los desarrolladores construir aplicaciones sobre su blockchain. A diferencia de Bitcoin, que se centraba exclusivamente en ser una forma de dinero digital, Ethereum amplió las capacidades del blockchain, permitiendo casos de uso como finanzas descentralizadas (DeFi), tokens no fungibles (NFTs) y muchas otras aplicaciones descentralizadas. Ethereum se convirtió rápidamente en la segunda criptomoneda más importante del mundo, no solo por su capitalización de mercado, sino también por su impacto tecnológico.
Mientras tanto, Lightning Network (LN) comenzó a despegar como una solución para resolver el problema de escalabilidad de Bitcoin. Aunque los primeros conceptos de LN se desarrollaron antes, fue en 2015 cuando las implementaciones prácticas comenzaron a tomar forma. Lightning Network introdujo una capa secundaria sobre la blockchain de Bitcoin, permitiendo transacciones rápidas y de bajo costo sin sobrecargar la red principal. Esto marcó un paso crucial hacia la adopción masiva, haciendo que Bitcoin fuera más práctico para pagos cotidianos y microtransacciones.
2017: El gran auge
Después de años de incertidumbre, 2017 fue un año de redención para Bitcoin. En diciembre, el precio alcanzó los 20,000 USD, impulsado por una creciente adopción y un mercado que comenzaba a entender el potencial de la tecnología blockchain. Este fue también un año clave: SurBTC, cambió su nombre a Buda.com, consolidando su posición como líder en la adopción de criptomonedas en Chile, para luego abrir mercado en Colombia y Perú a través de los años.
Este año, Buda.com marcó un hito mundial al implementar Lightning Network, convirtiéndose en pionero en transacciones rápidas y económicas en Bitcoin. Siendo los primeros en el mundo en incorporarlo.
Además este mismo años, Japón dio un paso histórico en la adopción de criptomonedas al convertirse en uno de los primeros países en legalizar Bitcoin como método de pago. Esta legislación no solo permitió a los negocios aceptar Bitcoin como forma de transacción, sino que también estableció un marco regulatorio que otorgó legitimidad y confianza al uso de la criptomoneda en el país.
El movimiento fue especialmente significativo porque Japón, siendo una de las economías más grandes del mundo, no solo reconoció la utilidad de Bitcoin, sino que también se posicionó como líder en la regulación de activos digitales. Esta decisión incentivó a otros países a explorar marcos regulatorios similares y fortaleció la narrativa de Bitcoin como una herramienta financiera legítima.
Además, el apoyo de Japón tuvo un impacto positivo en el mercado, incrementando la adopción global y sentando un precedente para la coexistencia de las criptomonedas con los sistemas financieros tradicionales. Este fue uno de los catalizadores del auge de Bitcoin en 2017, que culminó con su precio alcanzando los 20,000 USD en diciembre de ese año.
2020-2021: El reconocimiento institucional
El siguiente gran capítulo comenzó en 2020, cuando empresas como MicroStrategy y Tesla comenzaron a adoptar Bitcoin como una reserva de valor. Tesla, bajo el liderazgo de Elon Musk, anunció en 2021 que comenzaría a aceptar Bitcoin como forma de pago por sus vehículos eléctricos, marcando un hito en la adopción comercial de la criptomoneda por una de las empresas más influyentes del mundo.
Por su parte, MicroStrategy, uno de los mayores holders públicos de Bitcoin del mundo, inició sus inversiones en 2020 y continuó acumulando BTC incluso cuando la criptomoneda rompió nuevos máximos. El 18 de noviembre de 2024, la empresa anunció la compra de 51,780 Bitcoin (BTC) por unos USD 4.6 mil millones a un precio promedio de USD 88,627 por BTC. Con esta última adquisición, el total de Bitcoin que posee MicroStrategy asciende a 331,200 BTC, adquiridos por un costo total de USD 16.5 mil millones, con un precio medio de USD 49,874 por Bitcoin.
Estas acciones consolidaron el papel de Bitcoin como un activo estratégico tanto para empresas como para inversores institucionales, reforzando su legitimidad en el sistema financiero global. En 2021, El Salvador se convirtió en el primer país del mundo en adoptar Bitcoin como moneda de curso legal, un movimiento audaz que colocó a la criptomoneda en el centro del debate global.
2022: La gran caída de Bitcoin
El 2022 quedará grabado como uno de los años más desafiantes en la historia de Bitcoin. Después de alcanzar su máximo histórico de 68,000 USD en noviembre de 2021, Bitcoin sufrió un colapso abrupto que lo llevó a cotizar por debajo de los 20,000 USD en junio. Este desplome, que representó una caida del 40%, la mayor desde septiembre de 2011.
El golpe más duro al ecosistema cripto vino en noviembre con el colapso de FTX, uno de los exchanges más grandes y respetados del sector. Su declaración de bancarrota reveló un agujero financiero de 8,000 millones de dólares, afectando a millones de usuarios y generando un efecto dominó que profundizó la crisis en el mercado. El caso de FTX puso en evidencia problemas estructurales, desde la falta de regulación hasta el uso indebido de fondos por parte de la empresa, lo que provocó una crisis de confianza sin precedentes en las criptomonedas.
Este fue considerado un período donde la incertidumbre económica global y el endurecimiento de las políticas monetarias golpearon duramente a los mercados financieros, incluidas las criptomonedas. Los inversores minoristas, que habían entrado al mercado durante el auge de 2021, enfrentaron pérdidas significativas, mientras que varios actores institucionales reevaluaron sus estrategias en el sector.
Pero este período también marcó un ajuste necesario. Lo que para muchos fue un colapso, para otros fue una "purga" del mercado, un proceso que eliminó proyectos débiles o fraudulentos y dejó espacio para una infraestructura más sólida y profesional. La gran caída de 2022 fue dolorosa, pero como muchas veces en la historia de Bitcoin, preparó el terreno para lo que vendría después.
2023: BlackRock y la consolidación institucional
El 2023 trajo consigo una narrativa diferente: la legitimación institucional. En un movimiento que cambió la percepción de Bitcoin, BlackRock, la mayor gestora de activos del mundo, presentó una solicitud a la SEC para lanzar un ETF de Bitcoin. Este paso no solo representó un voto de confianza en las criptomonedas, sino que también abrió las puertas a una adopción masiva por parte de inversores tradicionales.
Lo que hizo este movimiento aún más significativo fue el cambio de postura de Larry Fink, CEO de BlackRock, quien en años anteriores había mantenido una postura crítica hacía Bitcoin, calificándolo como una herramienta para el lavado de dinero. En 2023, Fink dio un giro sorprendente al describir Bitcoin como el equivalente digital del oro y una herramienta esencial para protegerse contra la inflación. Este reconocimiento no solo fortaleció la legitimidad de Bitcoin, sino que también subrayó su importancia como un activo estratégico para los inversores institucionales.
El 2023 consolidó a Bitcoin como un actor clave en el sistema financiero global. La combinación de apoyo institucional y político marcó un cambio de paradigma, donde las criptomonedas dejaron de ser vistas como una curiosidad para convertirse en un componente esencial de la economía.
2024: Promesas políticas y nuevos máximos históricos
El 2024 se perfila como un año transformador para Bitcoin y el sector cripto. Donald Trump, ahora próximo a su entrada a la Casa Blanca, ha reforzado su postura pro-Bitcoin con promesas concretas. Entre ellas, destaca su intención de proteger las reservas de Bitcoin del gobierno federal, declarando que estas deben ser tratadas como un activo estratégico para la nación. Esta política no solo resalta la importancia de Bitcoin como un refugio de valor, sino que también envía un mensaje claro: Estados Unidos planea liderar el futuro de las criptomonedas.
Como parte de su estrategia, Trump ha anunciado que el ex comisionado Paul Atkins será el nuevo titular de la SEC, reemplazando a Gary Gensler a partir del 20 de enero de 2025, el primer día de su mandato. Atkins, quien ocupó el cargo de comisionado entre 2002 y 2008, es conocido por su enfoque pragmático y su apoyo a mercados financieros innovadores. Trump declaró a través de su cuenta en Truth Social: “Paul es un líder comprobado en materia de regulaciones de sentido común. Él cree en la promesa de mercados de capital sólidos e innovadores que respondan a las necesidades de los inversores y que proporcionen capital para hacer de nuestra economía la mejor del mundo. También reconoce que los activos digitales y otras innovaciones son cruciales para hacer de Estados Unidos un país mejor que nunca”.
La llegada de Atkins marca un cambio radical en el liderazgo del regulador financiero más influyente de Estados Unidos. Bajo su administración, se espera el fin de la agresiva política de “Operación Chokepoint 2.0”, que durante los últimos años ha sido acusada de excluir a más de 30 empresas cripto del sistema bancario estadounidense. Críticos como Marc Andreessen, cofundador de Andreessen Horowitz, y Tyler Winklevoss, cofundador de Gemini, han señalado esta práctica como maliciosa e ilegal, culpando a la administración de Biden de atacar a empresas legítimas por su participación en el sector cripto.
El congresista republicano French Hill también se comprometió a investigar la Operación Chokepoint 2.0 como parte de su plan “Hacer que la Banca Comunitaria sea Genial de Nuevo” (MCBGA, por sus siglas en inglés), asegurando que la exclusión bancaria politizada de negocios legales no debería tener lugar en el sistema financiero estadounidense. Este cambio de rumbo anticipa un entorno regulatorio más favorable y equilibrado para la industria de los activos digitales.
Por otro lado, Gary Gensler, quien dejará su cargo el mismo día en que Atkins tome el mando, ha sido una figura controvertida. Durante su liderazgo, la SEC adoptó un enfoque agresivo, promoviendo regulaciones estrictas y llevando a cabo múltiples acciones legales contra empresas del sector. Aunque su gestión también permitió la aprobación de ETFs de Bitcoin y Ethereum tanto al contado como a plazo, muchos críticos consideran que su política de "regular mediante la aplicación" frenó la innovación en el sector.
El 2024 llegó también con la aprobación del ETF de Bitcoin de BlackRock por parte de la SEC, un logro significativo que marcó un hito en la legitimación de Bitcoin. Este ETF, que comenzó a transarse en el Nasdaq durante noviembre, abrió las puertas a una nueva ola de inversiones institucionales, eliminando barreras para los actores tradicionales del mercado financiero. Esto ha consolidado aún más a Bitcoin como un activo esencial en el panorama global.
El máximo histórico: Bitcoin alcanza $103,583.91
El 5 de diciembre de 2024, Bitcoin rompió otro récord al alcanzar los $103,583.91 USD, consolidándose como el activo digital más influyente del mercado financiero global. Este hito no pasó desapercibido, y el presidente electo Donald Trump lo celebró en sus redes sociales. En un mensaje a través de Truth Social, Trump felicitó a la comunidad cripto con su característico estilo:
Con el nombramiento de Atkins, el fin de la represión cripto, y un enfoque renovado hacia la innovación, 2025 no solo promete ser un año crucial para Bitcoin, sino también para el posicionamiento de Estados Unidos como líder en el desarrollo de tecnologías financieras. El mercado espera con optimismo los cambios que esta nueva administración traerá al ecosistema cripto.
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