Bitcoin fue la mejor  inversión de 2024
Opinión

Bitcoin fue la mejor inversión de 2024

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Un análisis de Bitcoin revela que es la clase de activo con mejor rendimiento de 2024 y compararemos sus rendimientos durante la última década en comparación con otras clases de activos

Por: Jose Bueno - Ex CEO de Zest Capital

Si 2024 tuviera un MVP financiero, ese sería Bitcoin. Con una rentabilidad mayor a 120%, no solo superó a otras inversiones, sino que las dominó. Impulsado por una creciente adopción institucional y un inesperado catalizador político con la reelección de Trump, la criptomoneda brilló como nunca antes. El entusiasmo por los ETF de Bitcoin encendió aún más la llama. Con la aprobación regulatoria en EE.UU. a principios de año, miles de millones fluyeron hacia los ETF de Bitcoin al contado. En solo 11 meses, el iShares Bitcoin Trust acumuló más de 50 mil millones de dólares en entradas, estableciendo un nuevo récord.

Desde la visión de otros activos globales importantes, el oro, el refugio seguro por excelencia, también tuvo un desempeño estelar. Con una rentabilidad de aproximadamente 28%, marcó su mejor resultado desde 2010, respaldado por la agresiva compra de los bancos centrales, los recortes de tasas y la creciente incertidumbre geopolítica.

Países como China, Turquía e India fortalecieron sus reservas de oro, diversificándose frente al dólar estadounidense. Hoy, los bancos centrales globales poseen casi 12% de sus reservas en oro, casi el doble del nivel de postcrisis 2008; esto último, sólo reafirma su calidad de activo refugio.

En la visión de la renta variable, las acciones estadounidenses fueron otro punto de interés. El S&P 500 batió récords consecutivos, impulsado por empresas de megacapitalización apostando fuerte por la inteligencia artificial. Este auge resultó en una concentración sin precedentes del mercado, donde las acciones de gran capitalización superaron a las de menor tamaño por un margen de más de 12%. En contraste, los mercados emergentes quedaron rezagados. Con un modesto 5% de rentabilidad, fueron impactados por la fortaleza del dólar. Históricamente, un dólar fuerte afecta negativamente a las acciones emergentes, y 2024 no fue la excepción. De hecho, el diferencial de rendimiento entre estas y las acciones estadounidenses fue el más grande en 30 años.

A medida que algunos activos se disparaban, los bonos enfrentaron un período pésimo. Los bonos del Tesoro a largo plazo cayeron en más de 10%, convirtiéndose en la peor clase de activo del año. Los bonos corporativos también sufrieron, con una pérdida casi 3% mientras que los bonos del Tesoro a corto plazo vieron caídas más leves. Los inversores en bonos ahora caminan con cautela. Con una administración Trump impulsando recortes de impuestos y aranceles radicales, las preocupaciones por un déficit creciente se intensifican. En este panorama incierto, la gran pregunta es: ¿se recuperará el mercado de bonos en 2025 o estamos ante una nueva normalidad?

Por ende; 2024 fue un año de extremos, récords históricos, giros inesperados y una clara división entre ganadores y perdedores. A medida que entramos en 2025, el entorno financiero sigue siendo dinámico y desafiante. Ya sea como inversor activo o como espectador atento, una cosa es segura: los mercados siempre encontrarán la manera de sorprendernos.

​*Las opiniones vertidas en esta sección son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan, necesariamente a Buda.com 



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