Blockchain es una base de datos distribuida, es decir, copiada redundantemente en múltiples computadores a la vez. Y la gracia de esta base de datos es que a pesar de que algunos actores de la red no sean honestos, a pesar de que algunos intenten corromper el sistema, incluso si un gobierno intentara borrar algo, lo escrito ahí perdura en el tiempo porque miles de computadores independientes siguen manteniendo la información original y real. De esta manera, y distribuidamente, se lleva una sola realidad coherente, una sola verdad.
¿Y cómo se logra tener una única verdad, a pesar de que algunos de los actores sean deshonestos?
Replicando esta base de datos, o blockchain, en miles de computadores alrededor del mundo, lo que a su vez se logra, principalmente, ofreciendo una recompensa, un incentivo económico, a todos los actores que aportan al sistema. Este es el rol de las criptomonedas: ser la remuneración para quienes llevan la seguridad y contabilidad de la red, o “mineros”, ya sea a través de las comisiones que pagan las transacciones de criptomonedas (o cobro por usar esta base de datos descentralizada/Blockchain), o bien a través de las nuevas criptomonedas emitidas periódicamente y entregadas aleatoriamente a estos computadores mineros. Gracias a la existencia de este incentivo, miles de personas y empresas están dispuestas a pagar la electricidad y poner sus computadores a trabajar en favor del sistema.
¿Y qué pasa si quitas la criptomoneda del Blockchain?
Un Blockchain sin criptomonedas ya no es el Blockchain que aplaudimos, es algo diferente, y definitivamente no es lo que tiene emocionado a los expertos desde el 2008. Puede que también sea interesante, pero no revolucionario. De hecho, es equivalente a las “intranets” cuando nació Internet, las que sólo existieron mientras las redes abiertas (como Internet, o Bitcoin) se desarrollaban y, principalmente, porque las grandes empresas que querían adoptar la tecnología no se atrevían a hacerlo en un sistema abierto y que no controlaran.
En la medida que las criptomonedas líderes evolucionen, gracias a las decenas de miles de emprendedores que están trabajando sobre el protocolo y nuevas capas de servicio, los Blockchain privados migrarán a los abiertos, así como migramos desde las intranets privadas a Internet.
Por lo tanto la idea “Blockchain sí, criptomonedas no”, no es necesariamente falsa, pero sí incompleta y temporalmente míope, porque viola el fundamento más importante de la era digital y la razón de cómo una tecnología logró unir al mundo entero: el desarrollo de protocolos y tecnologías open-source, colaborativas, públicas y, ahora además, descentralizadas.
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