Si algo tiene de interesante el software, es la posibilidad de realizar tareas completas de manera tan simple con solo presionar un botón. Y a veces esta magia genera una ingenuidad que a nosotros mismos nos gusta creer. Es como cuando el mago hace un truco: sabemos que la magia realmente no existe, pero nos gusta creer que logró desafiar las leyes de la física para hacer aparecer ese 8 de picas que elegimos.
Me pasa algo similar con blockchain, y lo digo después de una relación a largo plazo que tuve con esta tecnología. Como contexto: estuve 4 años trabajando en empresas “web3” programando proyectos; además dicté un curso sobre esta tecnología y sus limitaciones en la Universidad Católica.
La verdad es que amo el “dinero mágico del internet” (Bitcoin) como software y filosofía. Funciona increíblemente bien para almacenar y transferir valor por la web de forma descentralizada.
Pero por el otro lado, los famosos NFT (tokens no fungibles) lograron hacerse conocidos a nivel mundial, hasta mi abuelo una vez me preguntó por estos. Durante el frenesí de los avatares nos gustó creer que las imágenes eran únicas, irrepetibles, con derechos de autor, escasas, valiosas y respaldadas por Blockchain, pero en realidad son un link a un archivo almacenado en un servidor de Amazon o Google al lado de unos memes e imágenes stock.
Hoy parece que perdió la magia: “wow tengo un NFT… ¿y ahora qué?”. Usarlo como foto de perfil en redes sociales es como el único caso de uso de ese .png que compraste.
“¡Pero espera! Sí hay funciones/aplicaciones útiles para los tokens”.
¡Totalmente de acuerdo! En la industria de los videojuegos existen miles de posibilidades de integrar esto a las micro-transacciones y economías que existen dentro.
En el mundo de las startups de finanzas y mercado inmobiliario hay mucho terreno que explorar. Poder fraccionar objetos o fondos, hacerlos disponibles y bajar las barreras de entrada permite abarcar un público mucho más amplio. Además, los efectos de red que generan la multitud de participantes hacen que la máquina del marketing esté incluida dentro del producto mismo, cada persona también es un canal. Esto es especialmente provechoso sobre nuestra generación milenial y los gen-z, pues somos mucho más digitales y de redes sociales.
Entonces, ¿estamos listos para los tokens?
- Todos hemos tenido un jefe que ni siquiera sabe exportar a PDF.
- Amigos sin clave en su celular.
- Mis papás reutilizando contraseñas.
- No tenemos respaldo de las fotos ni contactos del celular.
- Las técnicas de phishing son cada vez más elaboradas.
Blockchain es mágico desde afuera hasta que te toca usarlo y te das cuenta de que no es un software simple, aunque nos encante decir "esto se soluciona con blockchain".
Permitir programar contratos y reglas de negocios habilita mercados secundarios y un universo de aplicaciones. Sin embargo, necesitamos que la interfaz humana sea más simple, algo que mis padres puedan usar y entender. Así como ellos, yo sigo prefiriendo el viejo y confiable contrato en .docx.
Diego de Buda.com: Interesante, Patricio. Pero, ¿crees que se vaya a tokenizar la industria inmobiliaria?
Patricio: Apostamos a que se va a “fraccionar” o tokenizar como dices, pero no necesariamente con blockchain. En el futuro esperamos que sí sea con esta tecnología.
Diego de Buda.com: Juégatela con un plazo.
Patricio: Cuando Apple lance un iPhone con wallet integrada jajaja.
Patricio López Juri
CTO y Cofounder de Fraccional
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