Este artículo es la traducción del inminente shutdown estadounidense 🇺🇸.
A ponerse el cinturón, porque Estados Unidos está en el carril de los baches económicos. La primera potencia mundial va directo, y peligrosamente, a un shutdown gubernamental, y como piezas de dominó cayendo, las repercusiones podrían sentirse de Wall Street a las pampas argentinas.
El cronómetro hace tic-tac
En esta autopista financiera, la falta de luz es comprometedora, pero hay algo que podemos sentir y escuchar con claridad. La cuenta regresiva del reloj. Cuando este llega a cero, los servicios gubernamentales no esenciales en Estados Unidos cierran sus rutas. ¿La razón? El Congreso no ha aprobado el presupuesto. Este escenario, que ya suena a déjà vu, trae consigo consecuencias de proporciones dignas de Hollywood, pero no, no es una película. Un cierre de gobierno se avecina si no se autoriza el gasto discrecional anual antes del nuevo año fiscal que comienza el 1 de octubre. Aunque el Congreso raramente cumple esta fecha límite, se han utilizado resoluciones temporales para mantener los niveles actuales de financiamiento.
Si nos detenemos en las luces rojas del Congreso, nos topamos con un tira y afloja que hace que el acuerdo de presupuesto parezca más un sueño lejano. A un lado de la pista, Kevin McCarthy, quien hace sonar el acelerador, quiere capitalizar este enfrentamiento para lograr concesiones: políticas migratorias más estrictas y recortes profundos en el gasto federal. Pero, ¿están Biden y los demócratas dispuestos a ceder ante tales demandas? Parece que no. En medio de esta lucha de poder, la división republicana echa más bencina al estanque. Mitch McConnell, con una visión distinta a McCarthy, respalda un enfoque bipartidista y se desliga de sus colegas de la Cámara. Mientras, los contratistas ven amenazados sus bolsillos, con posibles pérdidas de hasta US$1,900 millones diarios en ingresos. Y aunque Biden mantiene la esperanza de evitar un apagón gubernamental, sabe que en la política, como en la ruta, todo es impredecible. En este panorama, se vislumbra una luz al final del túnel: republicanos moderados como Mike Lawler exploran la posibilidad de unir fuerzas con los demócratas para llegar a una solución. Pero hasta que eso ocurra, el reloj sigue tictaqueando.
Bitcoin: La Montaña Rusa Cripto
A falta de informes e indicadores de inflación, el mercado cripto se podría transformar en una montaña rusa. Algunos analistas, como Marcel Pechman, cofundador de Imprint, apuntan a un posible rally de Bitcoin, que podría sentir el viento a favor si el gobierno se desploma (Cointelegraph). Y es que, en tiempos de incertidumbre, muchos inversores vuelven sus ojos a los activos alternativos, buscando refugio en el dorado digital, ahora mismo valuado en US $27,215 (Cointelegraph).
Pero, así como Bitcoin podría brillar más que Times Square en Navidad, también podría sentir el peso de la incertidumbre. Si la inflación supera el crecimiento salarial, podríamos ver presión bajista en la cripto-reina.
SEC: El Sheriff en Pausa
Aquí está el giro en “U”. Si las puertas del gobierno estadounidense cierran, la SEC podría verse como fiscalizador de tránsito en una carretera fantasma. Gary Gensler, presidente de la SEC, ya ha encendido las alarmas, sugiriendo que su capacidad para vigilar los mercados podría verse seriamente mermada (BeInCrypto). ¿Resultado? Un respiro para la industria cripto, que podría avanzar sin tantos ojos regulatorios mirando.
Sudamérica: Entre Ecos y Oportunidades
Ahora, volteen el globo terráqueo hacia el sur. Si bien estamos lejos de la acción, la sombra del águila se extiende sobre el tráfico. El shutdown puede influir en la percepción de riesgo y, por ende, en las inversiones estadounidenses en la región. No obstante, también puede ser una ventana de oportunidad para que los mercados sudamericanos se destaquen y capten la atención de inversores globales. Aquellos que se enojen con Estados Unidos por no poder ejecutar un plan monetario ordenado.
En tierras donde la volatilidad es el pan de cada día, como en Argentina y Venezuela, las criptos adquieren un brillo particular. La pregunta que queda en el aire es si Sudamérica, con su espíritu emprendedor, sabrá conducir en la ruta y encontrar en el shutdown norteamericano una oportunidad dorada.
Conclusión: Un Trago Amargo con Sabor a Oportunidad
Como un cóctel agridulce, el inminente shutdown estadounidense mezcla incertidumbre y oportunidades. Desde el rally de Bitcoin hasta un respiro cripto, pasando por los ecos en Sudamérica, este apagón tiene el potencial de reconfigurar el tablero financiero, mientras los mercados de cripto mantienen una capitalización de $1.1 billones de dólares (Cryptopolitan).
Esto no es nuevo: el índice de apagones previos
- 1995-1996:
- Políticas: Este shutdown resultó en una disminución de la popularidad del Partido Republicano y de su líder en la Cámara, Newt Gingrich, y reforzó la posición política del presidente Clinton.
- Sociales: Interrupción de servicios públicos importantes, retrasos en el procesamiento de visas y pasaportes, y cierre de parques nacionales y museos.
- Económicas: Costó miles de millones de dólares a la economía estadounidense debido a salarios no pagados y disminución del gasto de los consumidores y las empresas.
2. 2013:
- Políticas: La imagen del Partido Republicano se vio dañada, y el evento llevó a discusiones sobre la reforma del sistema de salud y la negociación presupuestaria.
- Sociales: Cerca de 800,000 empleados federales fueron enviados a casa, y se experimentaron retrasos en servicios y programas federales.
- Económicas: Se estimó que el shutdown restó alrededor del 0.3% al crecimiento del PIB del cuarto trimestre de 2013.
3. 2018-2019:
- Políticas: Profundizó la división entre el presidente Trump y los demócratas en el Congreso y afectó la aprobación pública de ambos.
- Sociales: Aproximadamente 800,000 empleados federales fueron afectados, muchos de los cuales no recibieron pago durante el período.
- Económicas: Se estimó que costó a la economía estadounidense $11 mil millones, según la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO).
4. 2021:
- Políticas: Aunque se evitó un shutdown completo, el episodio destacó las profundas divisiones partidistas y la precaria naturaleza de la gobernanza fiscal.
- Sociales: La amenaza de un shutdown generó ansiedad entre los empleados federales y los beneficiarios de servicios gubernamentales.
- Económicas: El riesgo de un default soberano llevó a la agitación en los mercados financieros y afectó la confianza empresarial.
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